Este año cuatro proyectos de graduados politécnicos se encuentran entre los finalistas de los Latin American Desing Awards en las categorías de Packaging, Ilustración e Identidad Corporativa. Los finalistas ecuatorianos 4 de los 5 proyectos son politécnicos y sus trabajos se realizaron como parte de los proyectos integradores de la carrera de Diseño Gráfico de ESPOL de los términos académicos 2017-II y 2018-I.
Entre los proyectos participantes se encuentra los pertenecientes a Erick Vera y Danilo Gómez; denominado “Identidad corporativa de la Red Académica Nacional de Diseño, que forma parte de la categoría Branding”. El proyecto surgió a partir de una necesidad de la Red Académica Nacional de Diseño (REDIS) de difundir ante la comunidad académica, los diez mejores proyectos de titulación de las carreras de Diseño Gráfico de las universidades que conforman esta red; además de la creación de un sitio web con fines informativos.
Los graduados antes de desarrollar su trabajo, evidenciaron la falta de una identidad visual coherente al gremio de diseñadores gráficos que representa. Por tal razón, se generaron una identidad visual flexible, regida por el concepto de marca mutante, para dar versatilidad al isotipo de la red. El proyecto tiene repercusión práctica sobre la actividad ejecutada por la Red Académica Nacional de Diseño, aportando personalidad a la marca y dotando de una imagen sólida y dinámica a la comunidad académica del diseño.
Steffy Saltos y Kevin Plúas desarrollaron el proyecto, Diseño de empaque sensorial de azúcar, de la categoría Packaging. Para ello, se desarrolló de una estrategia comunicacional para empaques de la industria alimenticia en el sector azucarero que permita fortalecer la presencia de la marca en supermercados y hogares. Los graduados analizaron las características del azúcar y la conducta de su consumo, con lo cual se identificaron los siguientes parámetros de diseño a utilizar, ergonomía, rigidez y hermeticidad.
El resultado fue un envase cilíndrico con doble dispensador, en el diseño de su etiqueta implementaron el recurso de monocromía y como propuesta de valor se incluyeron un estímulo sensorial que consiste en una textura en relieve que permitió mejorar el agarre, identificar los tipos de producto y aportar a la memorabilidad de la marca. Las cualidades del nuevo empaque eliminan los esfuerzos originados por el envase actual, facilitando el uso del producto y generando una experiencia de compra y consumo más satisfactoria; además, el contacto diario con el estímulo sensorial contribuye al posicionamiento de la marca.
Christian Quinto y Jonathan Castro desarrollaron el proyecto Chulla Chullito, come sanito Manual nutricional para niños indígenas de la parroquia Guasanganda provincia del Cotopaxi, de la categoría Ilustración. El proyecto parte de la investigación doctoral de la Dra. Daniela Peñafiel, nutricionista de la Facultad de Ciencias de la Vida de ESPOL, donde trabajaron de forma colaborativa con estudiantes de titulación de diseño y de nutrición. El trabajo lo realizaron en la parroquia de Guasaganda, provincia de Cotopaxi en Ecuador. Los malos hábitos alimenticios transmitidos de padres a hijos en la zona, y otros factores ambientales han repercutido en el aumento del índice de desnutrición en la zona.Actualmente, investigadores y estudiantes de la carrera de nutrición de ESPOL, tienen un inventariado donde constan alrededor de 85 plantas y 20 animales como parte de los recursos para las dietas locales. A partir de esta iniciativa desarrollaron este manual como contribución para una alimentación saludable con productos autóctonos del sector.
Jackeline Andrade y Jorge Vallejo desarrollaron el proyecto Don Gonzalo. Cerveza artesanal, de la categoría Packaging. El Bar Maurchell’s está ubicado en el cantón Quinindé, en la Provincia de Esmeraldas (Ecuador). Es reconocido por ser el primer Bar de la zona y actualmente compite con otros bares o negocios similares que han imitado sus estrategias publicitarias.
El Bar deseaba expandir sus locales, pero frente a ésta amenaza se requería de un elemento propio, un sabor de casa, una experiencia diferenciada de su competencia, ligándose a una cerveza artesanal, que sea difícil de replicar. El resultado es una cerveza artesanal que revive esas historias tradicionales que se escuchaban en Quinindé en medio de la noche, historias que hoy caminan entre los mortales y su sabor es combustible de nuevas impresiones. Asimismo, en bar que abierta la invitación para revivir parte de la tradición oral, historias que con el tiempo dejaron de ser contadas.